Decir que no hay dos bodas iguales puede sonar a tópico, pero es cierto. La de Ángela y Juan Ramón fue especialmente relajada (dentro de lo relajada que puede ser una boda), muy agradable, sin sobresaltos pero con mucha emotividad.
Aunque son ya muchos años realizando reportajes en condiciones inverosímiles, el afán de que todo salga perfecto a veces nos pone algo nerviosos. Un poco de esa tensión llegó en el momento del baile, ya sin luz ambiente, y de pronto, apenas sin luz artificial. Quienes nos conocen, saben que nos gusta reflejar los momentos con la luz que tienen, y por eso evitamos el uso del flash siempre que se puede.
Así que en esta ocasión decidimos aprovechar la escasa luz que había para conseguir un efecto más íntimo. Quisimos captar lo que nos imaginábamos que estaban sintiendo Ángela y Juan Ramón en ese momento: Que estaban solos, el uno para el otro, sin nadie más alrededor. Y esta fotografía, para nosotros, dice precisamente eso.
Por cierto, aprovechamos para felicitar nuevamente a esta hermosa pareja porque recientemente han sido papás de un bebé precioso, y para desearles lo mejor en esta nueva etapa.
Si queréis ver un resumen de esta boda, aquí lo tenéis.