Uno de nuestros valores distintivos es que únicamente realizamos una boda al día, lo que se debe a varios motivos.
- En primer lugar, queremos ofreceros un servicio totalmente exclusivo y una dedicación plena. Si tuviéramos que estar mirando el reloj constantemente, nuestro nivel de atención disminuiría y el resultado final se podría ver afectado. Además, en caso de que los tiempos se prolongaran en la primera boda, tendríamos que tomar una decisión imposible: o dejar el reportaje a medio cubrir, o llegar tarde al segundo enlace, o dividirnos (y en consecuencia, captar menos vivencias en cada boda).
- En segundo lugar, la fotografía es arte, y como tal requiere inspiración. Es muy difícil que un reportaje no se contamine con ideas y momentos de otro si no existe entre ellos una separación tal que permita despejar la mente. Por supuesto, esto es impensable si salimos de un reportaje y entramos en el siguiente una hora después.
- En tercer lugar, todo reportaje, por breve que sea (por ejemplo, un evento empresarial), requiere unas horas previas de preparación y comprobación de todo el equipo: nivel de carga de baterías, tarjetas de memoria, flashes, objetivos, etc. Prescindir de este tiempo puede poner en peligro el segundo reportaje, a no ser que se disponga de una réplica del equipo, lo cual no es frecuente.
- Por último, como seres humanos que somos, necesitamos descansar y estar frescos para que el rendimiento sea pleno. Una boda suele durar entre 10 y 12 horas. Desconocemos si hay personas capaces de rendir igual tras las primeras 12 horas de trabajo, pero no es nuestro caso, y debemos garantizar, ante todo, la calidad de nuestras fotografías.
Por todo ello, y aunque nos gustaría estar en todas las bodas que nos solicitáis, solo realizamos una al día. Esperamos que lo entendáis.