No es difícil intuir que Ale y Charly hacen una buena pareja. Una pareja preciosa. Lo difícil es saber por qué. Ambos son divertidos, cada uno a su manera, cada uno con un alma personalísima. Y esas cosas enamoran. Luego, cuando llega el día de su boda, te sorprenden con una coreografía de la Macarena o con una rumba explosiva mano a mano entre Ale y su madre.
Además, en esta boda nos reencontramos con Óscar, al que no veíamos desde que estuvimos en Londres , y con el que las horas se hacen siempre demasiado cortas.
Esperamos que disfrutéis de este lindo reportaje de risas, emociones y humor fino.